Clásicos - "El SEIS - tres"

Estaba en 5to. de primaria, y el fin de semana lo pasaría jvnto a mi primo César Alonso (en 1ro. de media creo). Lo cvrioso es qve ÉSE fin de semana, ÉL fin de semana, se jvgaría vn clásico más.

Era sábado 20 de mayo de 1995, y Ghino (mi hermano), César Alonso y yo estábamos que nos poníamos cómodos frente al televisor, para vivir 95 minvtos qve recordaría por siempre. Sin qverer fví testigo, a mis 10 años, de la mayor goleada en clásicos desde qve tengo vida.

El partido comenzó y como todo clásico se jvgó fverte, cada falta era reclamada por Ghino y yo como locos, y César hacía lo mismo por sv parte. Hasta qve llegó el primero gol de las gallinas y "Cesitar" nos gritaba el gol en la cara .......pobre, no sabía lo qve se le venía. En vnos minvtos llegó nvestro empate a través del golazo del brasileño Marquinho y todo empezaba de nvevo, pero ahí nada más se vino el 2do. gol plvmífero qve vna vez más fve gritado con mvcha bvrla por tv tío César. Estábamos 2-1 abajo, pero vn gol de penal nos ponía 2-2 y se acababa el primer tiempo. Hasta ahí los tres espectadores estábamos con las gargantas adoloridas por los goles gritados, pero tu tío César sentía vn poqvito más de felicidad ya qve jvgaban de visitante, así qve esto no se podía qvedar así. LLegó el 2do. tiempo y empezó el baile a ritmo de cajón, salió a relvcir nvestro jvego característico de toqves svtíles, paredes, avanzadas ...y llegó el tercer gol de Jayo Legario.......... hermoso "sombrerito" qve nos hizo saltar por toda la cocina donde mi hermano y yo éramos testigos del comienzo del segvndo tiempo más lindo qve pvde ver hasta ahora. Lvego vino el cvarto, vn golazo del "chvrre" Hinostroza; la agarró cerca a la media cancha en oriente, y empezó vna carrera qve no terminó hasta parar en el svelo debajo de vna montaña de blanqviazvles. El qvinto fve otro "sombrerito" cortesía de Rosales, lindo gol y el sexto fve obra de nvestro goleador histórico Waldir Sáenz, perfecta colocada a ras del svelo.

No recverdo a qve altvra del segvndo tiempo César se fve al jardín "a jvgar", pero terminámos saltando y gritando orgvllosos por toda la casa Ghino y yo; dos niños, vno de siete y yo de diez, nvestra pasión por la blanqviazvl segvía en alza. Hasta ese momento no habíamos visto campeonar al CLVB, pero eso no importaba. Lo importante era ver a esa camiseta azvl y blanco bailar sobre esa cancha verde (a veces media amarilla) cada fin de semana. Qve partido el qve vivímos........

Ese lvnes fve hermoso jajajaja........... pobres de las gallinas qve no sabían donde meterse, el colegio y todo el Perv era GRONE, y había demostrado el porqvé es el papá en los clásicos.

Ahora qve estás creciendo sano y fverte, rvego a Dios para qve me dé otra oportvnidad y jvnto a Ghino y tv, saltemos y gritemos más de seis goles; ¡en Matvte! y no en la cocina de la casa de tv mamá Tita en Trvjillo, como lo hicímos nosotros.